Al pensar en Hacienda o el SAT a muchos se nos enchina la piel porque lo primero que se nos viene a la mente son los impuestos.

¿Impuestos?… ¡Guácala!

A nadie le gusta pagar impuestos, no se en sus rumbos, pero en mi pueblo se tiene la idea que los impuestos no son para mejorar los servicios públicos; sino para agrandar la billetera de los políticos corruptos o el presupuesto de programas sociales que en vez de incentivar el desarrollo fomentan el conformismo y el compadrazgo.

Sin embargo, y contrario a lo que pudiera pensarse, hay una serie de beneficios y formalidades que incentivan el darse de alta en Hacienda y su Sistema de Administración Tributaria (SAT).

En el caso de las personas físicas, el contar con tu RFC te abre la oportunidad de ser contratado de manera formal. De hecho, hoy en día es un requisito indispensable para trabajar en grandes empresas.

Y si tu caso es ser freelancer, el estar registrado dentro del sistema tributario representa una imagen de formalidad que promueve el uso de contratos, recibos o comprobantes de pago.

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También podrás:

  • Deducir algunos de tus gastos, para ello deberás solicitar comprobantes fiscales de todas tus compras.
  • Recuperar algunos montos por devolución de impuestos.
  • Acreditar los bienes que has adquirido para tu negocio.
  • Mayor presencia con clientes potenciales.

En el caso de ser una persona moral; la cual refiere a una figura legal que ampara la unión de 2 o más personas, estar en el SAT y cumplir con las obligaciones fiscales correspondientes te brinda la oportunidad de adquirir una línea de crédito para financiar tu crecimiento; así como, convertirse en una donataria autorizada (en el caso de una persona moral no lucrativa) con la cual podrás recibir donativos y expedir recibos deducibles de impuestos para tus donantes.

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Y bueno, ya no digamos con las demás empresas, ya sean tus clientes o proveedores, el saber que estás dado de alta en el SAT proyectará de tu empresa seguridad y formalidad lo cual te facilitará el desarrollo de alianzas, contratos; e incluso, relaciones con escuelas si lo que deseas son practicantes o estudiantes que realicen su servicio social.

Ahora, si eres un artista, director de teatro, coreógrafo o emprendedor de las industrias creativas y culturales; el estar dado de alta te permitirá denotar que tu trabajo vale y que cuentas como una iniciativa con seriedad y formalidad, con la cual las instituciones culturales pueden asociarse sin problema.

Así como, del lado de los patrocinadores y financistas, darás la apariencia de no ser un “proyecto más”; y evitar ser visto como aquel que tiene un relajo con su contabilidad o pretende hacer un mal uso de los recursos aportados.

Claro, no olvidando que el tener mayor transparencia y ser un proyecto y empresa que paga impuestos, también te evitará tener problemas y relaciones conflictivas por no saber cómo conseguir una factura y el desconocimiento de otros “enjuagues” propios de contaduría a la hora de hacer tu declaración de impuestos con Hacienda.

Así que ya sabes, no está demás darle una visita al portal del SAT.

Actualmente muchos de sus servicios son en modalidad online, como darse de alta para las personas físicas, yo acabo de hacer el proceso de manera rápida y sin ninguna dificultad.

Pero ojo, si eres persona moral; primero, tendrás que constituirte ante un notario, normalmente después de que protocolizas tu Acta Constitutiva, la propia Notaria hace ese trámite hasta el SAT.

registrarte de manera online; y después deberás agendar una cita en las oficinas más cercanas del SAT.

Contar con una figura legal o bien tener un RFC puede resultar muy beneficioso a la hora de buscar clientes y crecer tu negocio.

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