En este artículo encontrarás algunas sugerencias y orden tentativo para la redacción de un proyecto cultural. 

Una vez que ya se tiene clara la idea de la iniciativa cultural, lo que prosigue es ponerla sobre papel. Al respecto, se recomienda dejar de lado los perjuicios que tengas de la escritura.

También, establecer una rutina de trabajo y cronograma, incluyendo tiempo de revisión y una fecha límite, considerando sesiones – de aproximadamente –  entre dos y cuatro horas. 

Seguramente en esta etapa ya estás preparado e informado sobre el tema que desarrollarás, por lo que tendrás un cúmulo de información, reflexiones, incluso imágenes e ideas nuevas que quieras verter en el papel. Si esta situación te paraliza o no sabes por dónde empezar. El primer paso que nos recomiendan Ekaterina Álvarez y Jaime Soler Frost (2017) es realizar un índice o tabla de contenidos el cual te va conducir a tener un orden en el planteamiento de tu iniciativa.

En caso de que sea dirigido para una institución oficial, mi consejo es acercarse a la misma, pero no solo visitarla. Es necesario entablar comunicación con el personal, al cual debes de darle a conocer tus pretensiones y preguntar cuáles son los tiempos, requisitos y formato para la entrega de la propuesta.

Si es para una convocatoria, lee con atención. Andrea Núñez  recomienda no solo leer, sino llamar en caso de dudas o para tener mayor información; incluso consejos de las mismas personas que hicieron o están dentro de la convocatoria. Asimismo, relacionarse con las personas que han participado con anterioridad. Las cuáles más allá de su experiencia, te pueden asesorar, dado que algunos “ya le saben el modo” o lo que buscan las instituciones. 

Debo de aceptar que yo no tengo una larga y consolidada experiencia, pero de los proyectos en los que me he inmiscuido y tomando consejo de mis conocidos en gestión cultural, la redacción de una iniciativa cultural debe tener los siguientes puntos:

1.- Nombre del proyecto. No importando que sea tentativo. Este debe ser llamativo y relacionarse directamente con tu producto o servicio.

2.- Síntesis del proyecto. No solo hables del concepto, si es importante, pero también presenta al gestor o director del mismo, fechas, lugares y un panorama general de la programación. No lo tomes a la ligera, porque este punto debe de transmitir en unas pocas líneas qué tipo de proyecto es, y en muchos casos, es lo que decidirá al lector si continuar o desistir en la revisión de tu proyecto. 

Por cierto, si es una exposición museística resalta la obra y al creador.

3.- Justificación. Cambia acorde a la situación, pero a grandes rasgos, refiere en describir y fundamentar las razones por las cuáles se puede llevar a cabo tu iniciativa. 

En este punto, te ayudará el análisis y conocimiento que tengas del contexto, del que se habló en ¿Para qué sirve una evaluación del contexto si quiero emprender un proyecto cultural?

4.-Público objetivo. Para ello deberás de responder ¿a qué tipo de personas les gustaría mi proyecto? Posteriormente, describe el perfil de tu audiencia respeto a estilos de vida (para ello te recomiendo apoyarte de Culture Segments), su relación con el proyecto y los medios de difusión. No omitiendo un aproximado de asistentes, recordando que hay algunas instituciones y patrocinios que lo que buscan es un gran número de asistentes o participantes. 

5.- Localización. Haz mención de los espacios en los que se desarrollará tu empresa. Menciona su dirección, agrega un mapa, haz un listado de los servicios con los que cuenta e incluso las restricciones para su uso.

Y todavía faltan muchas más cosas, pero déjame darles de comer a mis gatos.

¿Qué te parece si lo dejamos para después?

Hasta la próxima.

Fuentes consultadas:

Álvarez, Ekaterina, Soler Frost, Jaime, A, arte, bajo, cabe, con, contra, de, desde … Nociones para escribir una proyecto de arte. Javier Marín Fundación. Puntal, México, 2017.