En este artículo te cuento cómo la organización, la planeación y un estrategia de marketing se vuelven aspectos fundamentales para todo emprendedor cultural.

Hace dos años empecé a tomar clases de gestión cultural. No porqué me apasionara, sino porque siendo hija de contadores, desde pequeña me di cuenta que el saber administrar es uno de los pilares fundamentales para cualquier emprendedor; es vital para el desarrollo y mantenimiento de las empresas, cualesquiera que sea la industria a la que pertenezcan. 

Ese mismo año, gracias a mi desempeño académico, Sandra Ontiveros Melgar (mi profesora) me regaló el libro ¿Por dónde empiezo? de Imma Turbau, gestora cultural que se ha desempeñado como directora general en la Casa de América, en Madrid. 

En los últimos meses me estuve acordando de esta bibliografía, en parte porque estaba en el desarrollo de una exposición de performance y artes visuales en la cual me tocó un típico caso en donde se le da demasiada importancia al diseño y concepto a manejar, subsumiendo otras aristas del proyecto, de las cuáles recupero cuatro fundamentales en la implementación de las iniciativas culturales y que creo que todo emprendedor debería conocer.

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En caso de que en estos momentos estés llevando un proyecto, o quieras emprender, dale un vistazo a estas áreas y pregúntate ¿cómo es el desempeño e importancia que les estás dando a estos puntos? 

Programación

En este apartado debes de considerar todas las actividades que integrarán tu programación.  Trata de pensar en ellas desde la conceptualización y acorde a tus metas y objetivos. Algunas preguntas fundamentales son:

  • ¿Qué aspecto va tener mayor peso? 
  • ¿Será una programación con enfoque lúdico o serio (más social y de pensamiento)?
  • ¿Quiénes me van ayudar? En otras palabras, ve considerando el personal, ponentes, artistas y pensadores que puedan integrarse a tu equipo emprendedor. Para Marcela Jiménez López, tus colaboradores entran dentro de las fortalezas del proyecto.

Presupuesto

Sin querer queriendo, se llega a convertir en el principal criterio de programación; por lo tanto, en cuanto la idea de tu empresa o proyecto esté clara, empieza a trabajarla. Investiga y ten una mirada abierta a  todas las opciones de financiamiento más allá de vender o esperar que una alma caritativa se apiade de ti. 

En este caso, ten en cuenta todos los recursos, gastos, trabajo y tiempo invertido. Desde mi experiencia, es común ver presupuestos que omiten los gastos de las relaciones sociales, honorarios, gastos de transporte, renta del espacio, servicios de luz, internet, etc. Asimismo, los impuestos y el 5% o 10% para gastos de imprevisto.

Recuerda, un presupuesto es el cálculo, planificación y formulación de todos los gastos previstos para un proyecto, no solo es la lista de lo que compraste. El tener un buen manejo del mismo te puede ayudar a evitar problemas financieros; incluso con los miembros de tu equipo, los cuales deben estar informados de las salidas y entradas de recurso.  

Patrocinios

Imma Turbau menciona que “de nada sirve cerrar primero una programación, contactando a los artistas y fijando fechas” (2011) sin tener una fuente de financiamiento asegurada, como puede ser un patrocinio, los cuáles llegan a tardar meses en concretarse. 

En este caso, si decides tener ingresos aportados (es decir recursos monetarios, en especie, etc. de externos) es recomendable empezar con meses de anticipación la búsqueda de patrocinio de acuerdo al tipo de proyecto y público para el mismo. También, ligarlo desde el inicio con el desarrollo de la programación;  es decir, van de la mano. Porque en caso de fallar el primero, la programación se ve directamente afectada, lo cual puede repercutir en el éxito de la iniciativa. 

Recordando, la exposición de performance y artes visuales en la que estuve colaborando, pasamos meses trabajando el concepto, los artistas y las actividades; posteriormente, la paleta de colores y el diseño de la exposición y catálogo. De tal manera que cuando nos dimos cuenta de que no teníamos patrocinios e intentamos buscar, descubrimos que éstos en el caso de algunas empresas debían de hacerse con tres meses de anticipación. Y con algunas instituciones gubernamentales u organizaciones de gran tamaño, hay que acercarse justo en la etapa de su programación anual, no al mes de la inauguración, como lo hicimos nosotros.

Tal experiencia tómala muy en cuenta, y si decides ir por un patrocinio investiga y ponte listo con las fechas y requisitos que te piden; así no tendrás que poner de tu bolsillo como fue mi caso.   

Marketing

De nada sirve tener un proyecto bien diseñado, planificado, etc., si nadie lo conoce. De ahí la importancia del marketing, y ahora del marketing digital. En este aspecto, recomiendo acercarse a expertos en el tema, para dejar de usar los mismos medios y estrategias. Tal como en el punto anterior, ten una mirada abierta y fresca a nuevos públicos y patrocinadores. 

Tomando en cuenta tu proyecto, pregúntate ¿mi iniciativa tiene un tema atractivo? “Y si no lo fuera, ¿cómo lo puedo hacer atractivo?” (Turbau, 2011). 

Al mismo tiempo, piensa en los tres targets o públicos al que nos dirigimos: público, prensa y patrocinadores. Para ello responde ¿ a quiénes y de qué forma le podría interesar tu proyecto? Siempre considerando que estos tres públicos funcionan y se manejan de forma diferente.

 Por lo tanto, no consolides una carpeta del proyecto para los tres, como en mi experiencia pasada. 

Asimismo, es importante mencionar que estos deben estar definidos cuanto antes, no unas horas antes de la entrega del proyecto, seguir mis pasos solo te llevará a tener un proyecto ambiguo y desarticulado.

Espero que con lo anterior puedes observar que iniciar cualquier empresa cultural requiere de varias y diversas áreas del conocimiento. No solo del arte y la cultura. 

Asimismo, tener en mente que un gestor cultural debe manejar diferentes tipos de información, y estar al tanto del desarrollo de todas las áreas que conforman una iniciativa cultural.

Claro que la experiencia cuenta, así como la seriedad y compromiso con los que tomes tu proyecto.

En mi caso, apareció el Covid- 19 y de la exposición de performance y artes visuales solo quedo el bosquejo del proyecto por escrito.

Y que mejor, porque más allá de nuestra inexperiencia y mala comunicación, lo que nos falló fue tener una mirada sesgada. En donde solo tomamos en consideración a los amigos cercanos y la información que nos daban los maestros. Al parecer, en ese momento no nos percatamos que para emprender hay que salir de la zona de confort, del área que conoces, acercarse a nuevas personas y estar en constante investigación, incluso convivir con otros emprendedores. 

Yo sigo en la última etapa, investigando, tratando de descubrir qué nuevos horizontes son posibles para el emprendimiento cultural. Ello me ha llevado a conocer iniciativas que se concentran en consultoría para el desarrollo de negocios culturales, creativos, cómo les quieras llamar. 

Expertos que conocen el gremio y te asesoran. Ello implica poner en cuestionamiento tus ideas para reformular las fallas y reforzar las fortalezas. 

Si bien para algunos es un retroceso o gasto, yo recomiendo verlo como una auditoría necesaria para poder estar preparados cuando estemos en el momento y lugar correcto para vender/promocionar nuestro sueño. 

Fuentes consultadas:

Turbau, Imma, ¿Por dónde empiezo?, Arial, Madrid, 2011.